Actualmente
CONFLICTOS
Había pasado un día desde que David propuso a César su
prueba, por mucho que lo observaba por los monitores no veía en él nada
extraño, estaba convencido de que el joven se estaba planteando seriamente
dejar a un lado su pecado y tener una nueva vida. David estaba contento, sentía
que su plan funcionaba. Ensimismado en sus pensamientos escuchó gritos desde la
cámara del salón:
- - Apártate de mi lado
“quinqui” –gritó Esmeralda
- - Señora mi nombre es
Marco y yo no la he insultado. No me muevo de este sofá porque no hay más
sitio, tampoco es agradable para mí oler su colonia rancia.
- - Colonia rancia dice el
“barriobajero” este, es Chanel número 5, ¡inculto!
Marco se
estaba cabreando cada vez más por los continuos insultos de Esmeralda, se
levantó del sofá y se puso de pie delante de ella con actitud desafiante. De
repente alguien llamó a Marco desde el otro lado de la habitación, evitando que
la situación llegara a mayores.
- - ¡Marco! ¡ven! Puedes
sentarte aquí conmigo – dijo Elena con voz entrecortada.
Marco se giró al escuchar la voz de Elena, era una chica muy guapa y desde
que estaban allí encerrados siempre le había hablado con cariño. Volvió a mirar
otra vez a Esmeralda y señalando a la pared le dijo:
- - Señora tenga usted un
poco de respeto con los demás, más que nada si quiere salir de este antro –
dijo señalando un cartel que decía “ Esmeralda:
Soberbia ”
Esmeralda le miró con cara de asco, hizo un gesto de desprecio con la mano
dejando claro que Marco no sabía de lo que estaba hablando y se sentó de nuevo
en el sofá.
Marco y Elena empezaron a conversar, ambos se fueron sinceros y abiertos
sobre su pasado cercano. Los dos coincidieron también en que era el momento de
cambiar algunas cosas en sus vidas y estaban bastante expectantes e impacientes
esperando sus correspondientes pruebas.
Elena sentía que Marco la entendía, que la valoraba, por primera vez un
chico hablaba con Elena, podía ser ella misma, no tenía que imitar a otra ni
cambiar su forma de andar o vestir. Marco no era el típico chico que un padre
quiere como novio de su hija, pero Elena sabía que dentro de ese tipo duro, se
escondía un buen chico, que lo había pasado mal y que no había sido escuchado
antes, pero ahora eso podía cambiar. Ella podía escuchar su historia y quería
ayudarle a superar su prueba, sentía que tenía que hacerlo, incluso más que
pensar en la suya, ya que ella merecía pasarlo mal, seguía sintiéndose culpable
por la paliza que le dieron a su ya antiguo amor platónico.
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